domingo, 6 de marzo de 2016

La Ley: El Cuarto mandamiento

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. (Éxodo 20:8-11).

Todos los seres humanos tenemos la necesidad de descansar de nuestras labores, la leyes humanas lo confirman, en todos los países siempre hay por lo menos un día dedicado al descanso de las labores de las personas que trabajan. Dios sabía de la necesidad del hombre para descansar y dejo estipulado que el hombre descansara de sus labores un día, el cual denomino “de reposo”, no obstante aunque ese día el hombre descansaría, Dios le dio un propósito a ese día de descanso y era el de santificarlo.

Expliquemos primero las implicaciones de que existiera un día de reposo, en Génesis 2:2-3 dice: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”. Este versículo da la razón del porqué existe un día de reposo y es que Dios mismo lo instituyó porqué en el día séptimo acabó su obra, pero la pregunta que muchos se hacen es: ¿Dios necesita reposar? ¿Dios se cansó de crear las cosas? La respuesta lógica es no, pero entonces ¿Cómo podemos entender que Dios reposó? La palabra hebrea usada para reposar en este texto es “Shabbat” y significa descansar o cesar, entonces la mejor traducción a este versículo sería esta: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y cesó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él cesó de toda la obra que había hecho en la creación”. Entonces, entendemos que el día en que Dios cesó (terminó) su obra, Él designo que todo hombre reposara (descansara) en ese mismo día, de ahí que de la palabra shabbat viene la palabra Sábado. 

Entendiendo entonces que el día de reposo (Shabbat o sábado) fue escogido por Dios para el descanso del hombre porqué en ese día cesó su obra creadora, guardar el día de reposo implicaba el descanso de los trabajos de toda la semana. Deuteronomio 5:13-14 lo confirma cuando dice: “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú”. También Éxodo 23:12 dice: “Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero”. 

Ha quedado claro que el día sábado para los hebreos era el día para descansar de sus labores, pero repito lo que antes dije, Dios no escogió ese día solamente para que el hombre no hiciera nada, antes bien la segunda palabra clave del mandamiento es santificarlo, es decir, ese día era para apartarse de los quehaceres diarios para dedicarse al Señor. Veamos los siguientes pasajes que hablan de la observancia del sábado o día de reposo:

Éxodo 31:13: “Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico”. 

Éxodo 31:16: “Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo”.

Isaías 58:13-14: “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”.

De estos tres pasajes podemos sacar las siguientes conclusiones: Primero, la observancia del sábado es una señal de que el pueblo de Israel era un pueblo santo para Dios. Segundo, Por toda la vida se debía guardar esta señal. Tercero, Dios bendeciría a los que se deleitaran en Él en ese día. Por esas tres razones el pueblo judío dedicó ese día a oír la Ley del Señor, Hechos 15:21 dice: “Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo”. Los judíos se dedicaron cada sábado a leer y meditar en la ley.

La pregunta que como cristianos debemos hacernos hasta este punto es: ¿Por qué nosotros no guardamos el sábado?, ¿Por qué en vez del sábado guardamos el domingo? Veamos qué nos dice la biblia respecto a estas cuestiones, Colosenses 2:16-17 dice: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”. La iglesia de Colosas tenía un problema y que habían dejado a falsos maestros entrar en la iglesia y adoptaron una mezcla de costumbres judías y filosofías de la época que los llevaron a tomar ciertas prácticas como el guardar el día de reposo y otras fiestas solemnes de la nación judía, Pablo dice explícitamente que el día de reposo, junto con otras cosas que también mencionó, era una sombra de lo que había de venir y eso que había de venir es Cristo, por tanto, Cristo es el Señor del sábado( Marcos 3:27,28) y también es quién cumple el propósito del sábado, pues Él es ahora la señal que tenemos de ser un pueblo santo para Dios.

Vemos que en varias ocasiones Jesús hizo obras el día sábado:

· Sanó un ciego( Juan 9:13-28)

· Sanó a un paralítico( Juan 5:1-18)

· Sanó a un hidrópico( Lucas14:1)

· Sanó a un hombre con la mano seca( Marcos 3:1-6)

· Sanó a una mujer encorvada( Lucas 13:10:12)

Teniendo en cuenta estos antecedentes podemos afirmar que Jesús podía disponer del sábado como bien la pareciera, ahora bien, Jesús resucitó el día domingo y a partir de este hecho ese día se le conoció como el día del Señor, Apocalipsis 1:10 dice: “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor…” este día del Señor que aparece en la versión Reina Valera originalmente no se tradujo así, la primera versión de Casiodoro de Reina en 1.569 decía “Yo estaba en el Espíritu en el día domingo…” el texto griego de donde se traduce día del Señor es “emera kuriakón”, emera es día y kuriakón es el adjetivo que se traduce como imperial o señorial, lo que viene a ser equivalente a la raíz latina dominus(Señor) que dio origen a la palabra domingo. El mismo caso pasa con el término “Cena del Señor” (1 Corintios 11:20), en realidad las palabras griegas son “Kuriakón deipnon” y traduce Cena dominical. Entonces, queda claro que el día del Señor en el nuevo testamento es una referencia al día domingo.

Los cristianos de la iglesia primitiva empezaron a reunirse el día domingo tal y como lo confirma Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2 y los otros dos textos que acabamos de explicar, de ahí que para nosotros los cristianos nuestro día de reposo es el domingo, ese es el día en que nosotros nos dedicamos a descansar de nuestras labore apartando nuestro tiempo para escuchar la palabra de Dios e invocar su nombre.

Tenga en cuenta querido lector que el mandato de Dios a guardar su día de reposo sigue vigente hoy, el domingo debe ser el día en que nos debemos desprender de nuestras ocupaciones y guardarnos para Él, de tal manera que las bendiciones vistas en los pasajes anteriores acerca de la observancia del día de reposo sigan en nuestras vidas, ya no como quién quiere la “heredad de Jacob”, sino como alguien que busca estar en la presencia del Señor todos los días y como quien aspira un día verle cara a cara.

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