jueves, 3 de marzo de 2016

La Ley: El Tercer mandamiento

“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.”. (Éxodo 20:7).

Uno de los pecados más comunes que la gente de hoy en día es el usar el nombre de Dios en vano, básicamente porqué la mayoría de personas no comprende el significado de las palabras “usar el nombre del Señor en vano”. Tengamos en cuenta las palabras de Dios cuando nos da este mandamiento por medio de Moisés.

“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano”: Esta primera frase de Dios nos habla de la honra que Dios reclama para Él, primero alude a sus atributos al referirse a Él mismo como Jehová tu Dios, recordemos las implicaciones de estos dos nombres en artículos pasados, la palabra Jehová habla del señorío y poder de la deidad, y la palabra Dios hace énfasis en su bondad y gracia; entonces, cuando Dios exhorta a no usar su nombre en vano, debemos tener en cuenta que es el nombre del Señor todopoderoso, que ama y da su gracia, es decir, es un gran acto de irreverencia usar mal su nombre ente el Señor dela creación y al mismo tiempo un acto de ingratitud hacia la bondad y la gracia que nos da. Es fácil deducir, o por lo menos es lo que desde pequeños nos enseñaron, que no usar el nombre de dios en vano es jurar diciendo: Por Dios esto o aquello. Sin embargo antes de hablar de juramentos quiero dejar claro algo, el nombre de Dios debe ser honrado, este es el sentido del mandamiento no solamente el abstenerse de jurar en nombre de Dios. Ahora bien, honrar el nombre de Dios implica varias cosas, el nombre de Dios es honrado cuando:

· Nuestros labios y nuestro entendimiento reflejan su majestad.

· No abusamos de su palabra para nuestros fines.

· No hablamos mal de sus obras, ni murmuramos de ellas.

· No nos servimos de sus nombres para hacer cosas que son abominación para Él.

Todos estos casos son formas de honrar el nombre de Dios, no solamente abstenernos de jurar en su nombre, por ejemplo, hoy día muchos predicadores dicen la frase: Así dice el Señor, y no es porqué estén citando algún texto bíblico, están asumiendo que lo que dicen es literalmente palabra de Dios, lo cual es una ofensa terrible al nombre de Dios. El problema con tener este tipo de prácticas es que Dios no tiene por inocente a aquel que use su nombre en vano. Así podríamos decir muchos ejemplos, por ejemplo los que dicen: “este proyecto nace en el corazón de Dios”, cuando realmente ha nacido en sus propios corazones, hay que tener muchos cuidado con meter a Dios en nuestros planes personales, pues nosotros no estamos para obligar a Dios a hacer nuestra voluntad, antes bien debemos someternos a la suya.

Dediquémonos ahora a tratar el tema de los juramentos, para empezar hay definir qué es jurar en nombre del Señor. Jurar en nombre del Señor en la biblia, equivale a poner de testigo a Dio para confirmar algo que he dicho. Por ejemplo, Isaías 65:16 dice: “El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará…” En este pasaje dice explícitamente que si se ha de jurar en la tierra, se debe hacer en nombre de Dios, ahora hay que tener en cuenta que poner a Dios por testigo no es pecado, el pecado consiste en algo que más adelante explicaré, pero miremos estos casos donde se jura en nombre de Dios y no hay indicios de que se les haya contado por pecado a estos hombres: 

· Abraham: “Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces. Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la tierra en donde has morado. Y respondió Abraham: Yo juraré”. (Génesis 21:22-24)

· Jacob: “Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí esta señal, que he erigido entre tú y yo. Testigo sea este majano, y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré de este majano contra ti, ni tú pasarás de este majano ni de esta señal contra mí, para mal. El Dios de Abraham y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por aquel a quien temía Isaac su padre”. (Génesis 31:51-53)

· Booz: “Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa. Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo. Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana”. (Rut 3:10-13)

· Abdías: “Pero él dijo: ¿En qué he pecado, para que entregues a tu siervo en mano de Acab para que me mate? Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos han respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho jurar que no te han hallado”. (1 Reyes 18:10)

Todos estos hombres colocaron a Dios de testigo para afirmar sus palabras frente a un compromiso que estaban haciendo, puedes leer el contexto de cada uno de estos pasajes y te darás cuenta que cada uno de estos personajes no tenía ningún testigo disponible para sus palabras y acudieron a Dios. Queda claro que no es pecado colocar a Dios por testigo en algún asunto, el pecado es colocarlo en vano, como lo veremos a continuación.

“porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.”: Queda claro que Dios condena a aquellos que usan su nombre en vano, miremos de que formas se puede ofender o usar el nombre de Dios en vano, aparte de las formas anteriormente mencionadas. El nombre de Dios es usado en vano y ofendido cuando:

· Se comete perjuicio a alguien en su nombre.

· Se jura sin necesidad.

· Se jura por algo distinto a Él.

Las razones por las cuales Dios culpa de pecado a aquellos que usan mal su nombre es porqué hacen quedar mal su gloria, por ende es una difamación de la honra que Dios merece.

Por otra parte jurar en nombre de otra cosa es pecado, ya lo vimos, pero quiero hacer énfasis en esto, miremos estos dos pasajes: 

Deuteronomio 6:13

“A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás”.

Hebreos 6:16

“Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación”.

En estos pasajes vemos que Dios manda que en el caso de que haya que jurar, demos hacerlo en su nombre, pues los juramentos se hacen por alguien mayor a quien jura, en otras palabras jurar por algo distinto a Dios es reconocer a ese algo como alguien que merece el lugar de Dios, lo cual es un atentado grave al nombre soberano del Señor.

Ahora bien, Jesús dijo: “No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”. (Mateo 5:34-37) También Santiago escribió: “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación”. (Santiago 5:12) ¿Por qué? Hay que aclarar que en ninguno de estos pasajes se refiere al contexto de lo visto en los textos anteriores, es decir, no se está hablando de una situación que amerite poner de testigo a Dios en un asunto, aquí se está hablando de que un creyente debe tener palabra, el detalle de esto está en que Jesús no dijo que no se debe jurar por Dios, de hecho en la lista de cosas que se mencionan en el pasaje no aparece el nombre del Señor, es decir, para asuntos que no requieran un juramento debe bastar la palabra del creyente, ¿Cuántas veces hemos dicho cosas que vamos a hacer y al final no las hacemos? Jesús nos enseña el valor de la palabra, si te has comprometido a hacer algo, no tienes necesidad de poner por testigo a Dios para hacerlo solamente cumple tus palabras, ese es el mensaje de Jesús. 

Para finalizar reflexionemos si estamos honrando el nombre del Señor y si estamos viviendo de manera íntegra, seamos hombres y mujeres de palabra para dar testimonio de la veracidad de Dios en nuestras vidas.

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