lunes, 29 de febrero de 2016

Los 10 mandamientos: Una introducción a la Ley de Dios

A lo largo de la historia de la humanidad hemos encontrado que todas las naciones, desde las más primitivas hasta las más civilizadas, se han constituido a partir de unas leyes. Las leyes sirven en las naciones para poner orden en la sociedad y de esta manera se evita el colapso de la misma, de lo contrario los seres humanos vivirían como animales sin rumbo fijo y sin un sentido de sociedad. Como cristianos debemos entender que las leyes vienen de Dios para poner orden a las sociedades, ahora bien que el hombre no haya hecho buen uso de esa facultad que Dios le dio para legislar es otro tema que hablaremos en otro artículo si Dios lo permite, solo quiero dejar claro que el hecho de que existan leyes en el mundo es debido a que Dios mismo fue quién colocó en el hombre el hacerlas de manera instintiva o por medio del razonamiento.

Si entendemos que el hombre por naturaleza ha de crear leyes para la convivencia de él mismo en la sociedad que ha conformado, debemos saber también que Dios ha hecho sus propias leyes. Cuándo en el mundo se conformaron las diferentes naciones, Dios escogió una nación (Israel) para mostrar su voluntad no sólo a esa nación sino al mundo entero, esa voluntad se vio plasmada en lo que hoy conocemos como la “Ley”. Cuando vemos en las películas el éxodo de la nación israelita siempre imaginamos que Dios quiso hacer libre a este pueblo, pero hay que tener claro que la razón por la que Dios los liberó es que Dios quería forjar una nación Santa para Él que lo representara en la tierra (Éxodo 19:6). 

Dios dio sus leyes para que le agradáramos y por medio de eso mostrarnos su favor Deuteronomio 12:28 dice: “Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre”. Es muy conocido en el mundo y me animo a pensar que gracias a las películas más que por el conocimiento de la palabra, el decálogo que Dios le dio a Moisés en el monte Sinaí el cuál encontramos en Éxodo 20: 1-17 el cual dice así:

“Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

No tendrás dioses ajenos delante de mí.

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

No matarás.

No cometerás adulterio.

No hurtarás.

No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”.

Basados en esas leyes voy a dedicarme a escribir una serie de artículos dónde pienso exponer con la ayuda de Dios lo que Él nos quiso decir con los famosos 10 mandamientos. Por ahora dedicaré estás líneas a presentar una introducción a lo que es la Ley de Dios.

Antes que nada hay que dejar claro que la Ley tiene la regla de la justicia perfecta y suficiente, a la cual debemos someternos como creyentes, esto nos ayuda a evitar y guardarnos de inventar nuevas formas de culto Deuteronomio 12:32 lo dice claramente: “Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”. En otras palabras, cuando hacemos caso a la Ley de Dios no hay necesidad de crear nuevas formas de servicio a Dios, Él ya dio la manera correcta en cómo debemos servirle.

Es importante saber que la Ley fue dada para darnos a conocer la voluntad de Dios creando la conciencia de lo que es pecado y así mostrarnos su gracia Romanos 7:7 dice: ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. “Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás” afirmando que el conocimiento del pecado es gracias al conocimiento de la Ley de Dios, podemos leer en Gálatas 3: 19-22 lo siguiente: “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes”, en este pasaje se nos deja claro que la Ley fue dada para que viéramos nuestra incapacidad de ganar la salvación por las obras y por lo tanto dependientes de la justicia de Cristo la cual se nos es imputada por medio de la fe en Él. Gracias a la Ley nosotros conocemos la gracia del Señor.

Por otra parte la Ley nos muestra la bondad y severidad de Dios al mismo tiempo, podemos ver esto en los pasajes Levítico 18:5 y Ezequiel 18:20 donde dicen respectivamente: “Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová” y “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él”. Gracias a la Ley podemos ver el carácter Santo de Dios, sus mandamientos no son más que la forma en como comprendemos su santidad.

Hemos visto varias características de la Ley de Dios, para finalizar este artículo quiero compartirte tres principios básicos que debes tener en cuenta al leer los mandamientos de Dios y meditar en ellos:

  1. Para Dios (Que es espíritu) nuestros pensamientos son actos, la ley humana juzga por actos cometidos, pero Dios juzga desde que el acto está en el pensamiento y en el corazón del hombre, por lo tanto la Ley es espiritual (Romanos 7:14) y exige la obediencia desde el corazón del hombre, no solo desde el exterior donde el ojo natural ve pero no se sabe que hay en el interior de la persona: Deuteronomio 6:5-6: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón”
  2. Cuando Dios manda una cosa, intrínsecamente está prohibiendo otra, es decir, si Dios dice “Honra a padre y madre”, además del mandato de honrar a nuestros padres, Él está prohibiendo toda falta que pueda hacer el hombre que afecte negativamente a sus padres. Otro ejemplo sería este: Si Dios dice “No robarás”, es porqué Él nos está mandando a ser honestos. De esto se trata entender la Ley espiritualmente.
  3. Y por último, los mandamientos de la Ley de Dios se resumen en amar a Dios y al prójimo. Por lo tanto todo lo que hagamos para agradar a Dios por medio de los mandamientos debe ser motivado por el amor a Dios y a nuestros semejantes (Mateo 22:34-40).

jueves, 25 de febrero de 2016

¿Qué quiere decir: debes nacer de nuevo?


Vivimos en un mundo lleno de religiones, las iglesias abundan por doquier, los códigos de ética y moral que tenemos en sociedades conservadoras son tan estrictos que muchos dirían al ver a una persona religiosa y perteneciente a un círculo social tan prominente que tal persona es digna del cielo. No obstante, en una ocasión Jesús recibió la visita de un hombre con estas características, religioso, con un alto sentido de la moral y reconocido por su círculo social, su nombre era Nicodemo. Lo interesante de todo es que a pesar de ser un hombre con una hoja de vida impecable delante de Jesús, él le dijo:-“Te es necesario nacer de nuevo” y también: -“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”.

¿Qué quiso decir Jesús con esta afirmación? Ante los seres humanos Nicodemo era un hombre digno de entrar en el reino de Dios, pero para Jesús el necesitaba “nacer de nuevo”, la palabra griega usada en este pasaje de la escritura (Juan 3) es “Palingenesia”, un compuesto de otras dos palabras griegas: “Palin”, que significa “De nuevo” y “Genesis”, que significa “Nacer”, este término griego se usa en otros pasajes de la escritura y se ha traducido también como “Regeneración”, un ejemplo de eso lo encontramos en Tito 3: 4-5, donde dice: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”, vemos pues que el término “Palingenesia” se puede traducir como nacer de nuevo o regeneración: Jesús lo que le estaba tratando de decir a Nicodemo era que su interior necesitaba ser hecho una nueva criatura, no el exterior puesto que ya era un hombre maduro sino más bien un hombre nuevo desde adentro.

Debemos entender que cuando usamos los términos nacer de nuevo y regeneración si bien en el griego equivalen a lo mismo en el español destacan dos aspectos vida de la realidad espiritual del hombre que ha encontrado a Dios. El término nacer de nuevo destaca la comunicación de la vida espiritual de parte de Dios en contraste al estado de muerte espiritual en que se encuentra el hombre pecador, en cambio el termino regeneración destaca el inicio de un nuevo estado de las cosas en contraste a la vida antigua.
Jesús dijo que el nuevo nacimiento que necesitaba Nicodemo debía ser producido por el agua y el espíritu, la pregunta es ¿Qué es nacer del agua y del Espíritu? He escuchado muchas interpretaciones de parte varios predicadores, algunos dicen que el agua simboliza el nacimiento natural porque cuando una persona nace rompe fuente, esto sería el agua y el Espíritu es Espíritu Santo. Otra interpretación es que el agua representa el bautismo y el Espíritu es la obra del Espíritu Santo, por lo menos encontramos un factor común y es la obra del Espíritu Santo. No quiero dedicarme a explicar cada interpretación, de hecho solo he mencionado dos de las tantas que hay, pero por lo que nos podemos dar cuenta, básicamente tenemos problema con el significado del agua, nadie se ha puesto de acuerdo pero veamos que dice la biblia al respecto: En Efesios 5: 25- 26 se exhorta a los hombres casados a que amen a sus esposas como Cristo amo a su iglesia para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, podemos ver que el elemento purificador que identifica al agua es la palabra de Dios. La biblia nos muestra entonces que el agua de la que habla Jesús en Juan 3 es la palabra de Dios. Por otra parte el Espíritu Santo es el agente de cambio y se puede confirmar en Romanos 8:2; 16 -17. Resumiendo, nacer del agua y del Espíritu es experimentar la comunicación y el inicio de la vida espiritual que carecíamos cuando estábamos muertos en delitos y pecados por medio del accionar el Espíritu Santo y la palabra de Dios en nuestro ser.

Una vez nacidos de nuevo podemos decir que somos herederos del Reino de Dios. El apóstol Juan nos da en su carta las evidencias del nuevo nacimiento, las son visibles en:
  • El que hace justicia: 1 Juan 2:29 “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él”.
  • El que no practica el pecado: 1 Juan 3:9 “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.
  • El que ama: 1 Juan 4:7 “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”.
  • El que cree en Jesús es el Cristo: 1 Juan 5:1 “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él”.

Querido amigo si has leído este artículo, podrás darte cuenta si realmente has nacido de nuevo o no, si no has nacido de nuevo te animo a que busques al Señor y te arrepientas de tus pecados para que Dios obre en tu vida y puedas ser parte del cuerpo del Señor que ha de heredar su reino. Por otra parte si ya eres nacido de nuevo te invito a que te ocupes en la obra que Cristo ha hecho en ti, guardándote cada día para Él en el conocimiento de su palabra la cual nos santifica y guarda. Dios te bendiga.

miércoles, 24 de febrero de 2016

¿Creemos en un Dios soberano?


Es muy común que escuchemos hablar de un Dios soberano, dueño del cielo y de la tierra que hace lo que le place por su infinito poder. Todos estamos de acuerdo que Dios es poderoso y libre para hacer todo cuanto quiera, por lo menos los cristianos creemos eso, sin embargo de la afirmación “Dios es soberano” a la aceptación y comprensión de esa soberanía tendríamos mucho de qué hablar.

Muchos tienen la tendencia de afirmar la soberanía de Dios y se sienten contentos en el hacerlo porqué nunca les han pasado cosas negativas que los hagan cuestionarse dicha afirmación, por ejemplo, me es fácil decir que Dios es soberano dentro de la comodidad de mi empleo, de mis propiedades, etc; pero ¿puedo decir los mismo cuando me he quedado sin empleo? o ¿puedo decir lo mismo cuando me ha pasado algo que me desagrada o cuando he tenido un mal día? En otras palabras hay quienes creen en una soberanía que solo aplica para las cosas buenas de la vida, más no para las malas.

Por otra parte hay otro grupo de personas que afirman la soberanía de Dios pero les encanta decretar y dar órdenes a Dios como si fuera un esclavo de sus palabras, tal soberanía está limitada a los deseos de estas personas pues Dios no hace lo que quiere sino lo que ellos quieren que haga.

Teniendo en cuenta estas dos perspectivas debemos analizar el significado de la palabra “soberano”. El Nuevo Testamento fue escrito en el idioma griego, en este idioma existen 3 palabras para definir soberano y son:

  • · Arcon: Esta palabra se utiliza para hablar de un gobernante, un ejemplo de esto lo encontramos en Apocalipsis 1:5 donde se afirma que Jesús es el “Soberano” de los reyes de la tierra, en otras palabras Él es quién gobierna sobre los gobernantes de este mundo. 
  • · Despotes: Esta palabra se utiliza para hablar de un amo, los discípulos oraron en Hechos 4:24 y dijeron: “Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay…” vemos un significado diferente al del gobernante, en este pasaje Dios es mostrado como el dueño del mundo. 
  • · Dunastes: Esta palabra se utiliza para hablar de alguien poderoso, en 1 Timoteo 6:15 se dice que en la aparición de nuestro Señor Jesucristo se mostrará el “bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores”, la palabra soberano en este pasaje no está haciendo referencia al gobierno o la posesión que Dios tiene en la tierra, se está hablando de Dios como el único poderoso sobre todo, es decir, no existe nadie sobre toda la creación que tenga el poder sobre ella diferente de Dios. 
En conclusión, a la luz de la Palabra de Dios podemos afirmar que su soberanía consiste en que Él es quién gobierna sobre el mundo, Él es el dueño del mundo y Él es el único que tiene poder sobre la creación. Si entendemos que solo Dios gobierna, es dueño y tiene poder sobre la creación, entonces comprenderemos lo que Santiago expone en su carta cuando dice: “! Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello…” (Santiago 4:13-15).

El hecho de que Dios es soberano implica que como Él es gobernante, dueño y poderoso sobre el mundo, Él es libre de hacer a voluntad lo que desee con su creación, por lo cual debemos como creyentes someternos al dominio de Dios en la tierra y confiar en los designios de su voluntad sea cual sea nuestra circunstancia. Lo que no entendemos ahora sobre el actuar de Dios, lo entenderemos después, sólo debemos confiar en que tenemos un Dios bueno y grande en misericordia.


Para finalizar quiero compartirte estos pasajes para una mayor comprensión sobre la naturaleza soberana de Dios sobre los hombres, espero que después de leer estos versículos puedas confiar en que Dios que tiene todo bajo control que nada se le escapa a los designios de su voluntad.

Proverbios 16:1 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


Del hombre son las disposiciones del corazón;
Mas de Jehová es la respuesta de la lengua.

Proverbios 16:9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


9 El corazón del hombre piensa su camino;
Mas Jehová endereza sus pasos.

Proverbios 16:33 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


33 La suerte se echa en el regazo;
Mas de Jehová es la decisión de ella.

Proverbios 19:21 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre;
Mas el consejo de Jehová permanecerá.

Proverbios 20:24 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


24 De Jehová son los pasos del hombre;
¿Cómo, pues, entenderá el hombre su camino?

Proverbios 21:30 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


30 No hay sabiduría, ni inteligencia,
Ni consejo, contra Jehová.

martes, 23 de febrero de 2016

Los afectos: Una perspectiva bíblica hacia lo que amamos.

Todos los seres humanos tenemos afectos: hacia la familia, los amigos, compañeros de trabajo, nuestra mascota, entre otras cosas. Si usamos el buscador de Google para encontrar el significado de la palabra afecto nos encontraremos que afecto es un adjetivo que define a algo o alguien que es partidario de una persona o una cosa, o siente aprecio o afición por ellas, en otras palabras, los afectos son los sentimientos agradables hacia algo o alguien. Si usamos palabras más bíblicas la palabra afecto podemos reemplazarla por amor, el afecto en la biblia los podemos mirar como aquellas cosas que amamos.

Cristianamente los afectos de una persona que dice amar al Señor deben estar puestos sobre 4 cosas esencialmente:

· Los mandamientos de Dios: Salmo 19: 7 -10; 119: 97, 103.
· La casa de Dios y la adoración: Salmo 27: 4; 1 Crónicas 29: 1 -5
· El pueblo de Dios: Salmo 16: 1-3; Romanos 12: 10
· Las cosas celestiales: Colosenses 3: 1- 2

Por otra parte los afectos de un creyente no deben enfriarse, debemos entender que como cristianos tenemos una lucha contra los deseos carnales, ellos batallan a diario para hacernos pecar y como consecuencia hacen que el afecto hacia las cosas de Dios disminuyan, estos deseos carnales pertenecen a nuestro viejo hombre, a la naturaleza pecaminosa que hemos heredado de nuestros padres desde Adán y son los que nos llevan a vivir de manera opuesta a la voluntad de Dios. Mateo 24:12 dice que en el final de los tiempos el amor de muchos se enfriaría a causa de la maldad, podemos aprender un principio importante de este pasaje y es el hecho de que a medida que demos cabida a la maldad y al pecado en nuestras vidas el amor hacia a Dios y los afectos ante las cosas que pertenecen a su reino se irán enfriando. Es importante que el creyente aprenda a mortificar la carne ya que de esa manera los afectos hacia Dios irán en aumento.

La Palabra de Dios nos enseña que debemos morir a nuestros afectos carnales (Romanos 8:13; 13:14), solo por medio del poder del Espíritu Santo podemos hacerlo, si vivimos una vida sujeta a la palabra de Dios, su Espíritu nos dará el poder para poder vencer estos deseos, trayendo como consecuencia el crecimiento del amor hacia las cosas de Dios. Cuando vencemos los deseos carnales nos hacemos esclavos de Cristo movidos por el amor de Dios que ha sido avivado por el Espíritu Santo en nuestros corazones.

lunes, 22 de febrero de 2016

Llenos del Espíritu: 8 Evidencias reales que dan testimonio de la llenura del Espíritu

Hechos 1: 4-8 muestra las últimas palabras de Jesús antes de ascender al cielo, su último mandato a los discípulos consistía en que esperaran la promesa del Padre que había de enviar al Espíritu Santo. Uno de los temas más interesantes en la Biblia es la obra del Espíritu Santo en la iglesia, el libro de Hechos es la muestra de ello, en este libro se muestra como por medio del Espíritu Santo la iglesia de Cristo se fundó y fue edificada en el primer siglo de la era cristiana.

El hecho de que el Espíritu Santo descendiera en el Capítulo 2 del libro de los Hechos mostrará a cada uno de los lectores bíblicos de hoy una serie de efectos colaterales que desembocaron en el gran impacto que tuvo la iglesia del primer siglo en el mundo.

Haciendo un análisis del comportamiento de los primeros cristianos contemplados en los siguientes capítulos, podemos observar que las evidencias que soportan una vida en el Espíritu son las siguientes:

  • 1.       La evangelización constante: Hechos 2:14-36; 3:11-26; 4:31; 5:41-42.
  • 2.       Un desprendimiento de las cosas materiales: Hechos 2:45; 4:34-37.
  • 3.       Una vida de comunión con el cuerpo de Cristo: Hechos 2:42-44; 4:23, 32.
  • 4.       Una vida de servicio a los demás: Hechos 3: 1-10; 6:1-6.
  • 5.       Una vida de obediencia al Señor: Hechos 4:18-20; 5:29.
  • 6.       Una vida de perseverancia en buscar al Señor: Hechos 2:46, 3:1; 4:31; 6:4.
  • 7.       Una vida de perseverancia en la doctrina: Hechos 2:42; 6:4.
  • 8.       Una vida gozosa en medio de los problemas: Hechos 5:41.

Una vez vistas estas evidencias del ser llenos del Espíritu Santo, la consecuencia de que una iglesia esté llena de Él indudablemente será el crecimiento del conocimiento de la palabra del Señor: Hechos 2:41, 47; 4:4; 5:14; 6:7.


En conclusión si una iglesia pretende ser saludable, debe buscar siempre no apagar el Espíritu Santo y cada día ser llena de Él, no como quién busca una experiencia mística o algo por el estilo, sino más bien como quién busca dejarse controlar por la voluntad del Espíritu el cuál ha inspirado las Sagradas Escrituras, en otras palabras como quién busca someterse a la Palabra de Dios todos los días.

sábado, 20 de febrero de 2016

¿Quién no es cristiano?

Nuestro Señor Jesucristo predicó en todo tiempo el evangelio del Reino llamando a las personas al arrepentimiento, acción que aún los creyentes realizamos en nuestros días; no obstante no todas la almas se convierten a este llamado al arrepentimiento y otras viven unas vidas engañadas pensando que realmente son cristianas. Cristo fue enfático en quienes no pueden ser sus discípulos  y están agrupados en las siguientes categorías:

1.       Los que aman más a las posesiones materiales.
2.       Los que aman más a su familia o cualquier otra relación afectiva.
3.       Los que aman sus propias vidas.
4.       Los que no han nacido de nuevo.
5.       Los que el Padre no ha llamado.

Estas categorías las encontramos en los siguientes pasajes: Mateo 6:24, 10:34-39; Lucas 14: 25-32; Juan 3:1-8, 6: 37, 44, 65.

Estas frases de Jesús son bastante contundentes a la hora de definir quiénes no son realmente cristianos:

1. Mateo 6:24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
2. Mateo 10:37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;
3. Mateo 10:38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
4. Lucas 14:26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
5. Lucas 14:27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
6. Lucas 14:33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
7. Juan 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
8. Juan 3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
9. Juan 3:27 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
10. Juan 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
11. Juan 6:65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.


Por último a aquellos que quieren pertenecer al Reino de Dios, deben entender que el ser Cristiano requiere un esfuerzo constante para entrar en el Reino (Lucas 13:22-30).

¿Porqué hablar de verdades teológicas fundamentales?

Una de las expresiones más comunes que encontramos en casi todas las iglesias cristianas de hoy es: " Somos una iglesia de sana doctrina", pero que curioso es el hecho de que existan tantas confesiones cristianas con cuerpos doctrinales diferentes y que practican cosas diferentes siendo que todas reclaman para sí el ser iglesias de sana doctrina. Este blog busca hacer una presentación de verdades doctrinales que he encontrado luego de hacer un estudio sistemático y sincero de las Sagradas Escrituras.

La respuesta del porqué debemos habla sobre verdades teológicas fundamentales es que nuestras creencias y fundamentos determinan nuestras prácticas, cuando creemos en algo nos movemos en pro de eso o basamos nuestro comportamiento en eso que creemos correcto, de ahí que tenemos la necesidad de tener fundamentos sólidos que provengan de la Palabra de Dios para poder una vida cristiana correcta y agradable al Señor.

Por otra parte, si deseas encontrar reflexiones que puedas utilizar en tus devocionales personales también puedes leernos, encontrarás contenidos que edificarán tu vida y darán claridad sobre temas que atañen a nuestra actualidad cristiana y ayudarán vivir una vida sujeta a la Palabra de Dios.